Andá, camina un rato con un senegalés por la avenida Avellaneda en Flores, por Once, subite al tren y acompañalo a su trabajo, parate en la avenida Corrientes a conversar con él, andá a ver jugar a un futbolista senegalés y lo vas a escuchar. Siempre lo vas a escuchar. Siempre habrá alguien que se lo diga: «NEGRO DE MIERDA».